Sí Eeyore, yo también desearía que hubiese durado un poquito más...
Millenials, supongo que me dirijo a ustedes, sí, ustedes que llenaron el álbum del mundial de Pepsi y que coleccionaron hielocos, albums no Panini de Dragon Ball Z, jugaron con porterías de Coca-Cola y que vieron Luz Clarita con sus abuelas o trabajadoras hace ya muchos años. Déjenme contarles que Disney los tiene en la mira. Si bien los niños de edades entre 4-12 han solido ser el enfoque de la compañía del ratón, es innegable que en las últimas décadas, las mentes brillantes (o malévolas según como lo vean) dentro de la compañía han buscado mil maneras de poder alargar lo más posible el rango de edad de su público cautivo. La década pasada hicieron un buen trabajo con sus Zapping Zones y Lizzie McGuire (si tienen mi edad, estoy seguro que sabrán de que hablo). Pero no contentos con llevar su hegemonía hasta los 15-17 años, ahora la casa del ratón se ha fijado en el grupo etario conocido como millenials. Es muy posible que seamos la primera generación en crecer tan bombardeada de un nuevo tipo de "imperialismo yanqui". No me meteré hoy en temas políticos, mas principalmente hago referencia a que somos la primera generación que creció con televisión por cable, con Cartoon Network, Nickelodeon, Fox Kids con sus raros anuncios sudamericanos y luego cuando ya nos sentíamos grandecitos, MTV. Es innegable pensar que esto debió tener algún efecto en nuestros psiques.
A propósito, esta es de las cosas que más risa me han dado en esta vida.
Traigo todo esto como motivo de la reciente tendencia de Disney de revivir sus más clásicas historias en películas live action, con actores reconocidos, versiones actualizadas e interpretadas por cantantes de renombre y con efectos especiales de acuerdo a la era en que vivimos. Sin embargo, me ha llamado poderosamente la atención, un repentino cambio en la estrategia de producción de la compañía que se ha dado desde que comenzaron con este proyecto. Pudiendo equivocarme, creo que el punto inicial de esta tendencia fue con Maléfica de 2014; una película que realmente trajo algo nuevo a una de las más olvidadas historias de princesas en el catálogo de Disney (supongo que podría hacerse un punto en que Alicia en el País de las Maravillas precede a Maléfica, pero esa historia difiere tanto del relato original de Lewis Carroll que me es complicado contarla), y que en su proceso le dio un giro original y novedoso a la historia de Aurora y su madrina. El éxito de estos "remakes" si es que así se les puede llamar (y sí, supongo que incluyo al primer Alice de Tim Burton), fue como reencontrar una mina de oro, y sería cuestión de unos pocos años para que vieran la luz proyectos como Cinderella (La Cenicienta), El Libro de la Selva y Mary Poppins con Saving Mr. Banks. Si hacen cuentas, la más reciente de estas películas es El Libro de la Selva, la cual salió en 1967! Tal parecía que el plan sería empezar de atrás para adelante (la pobre Blanca Nieves se vio puesta en el congelador debido a la proliferación de adaptaciones similares en aquel entonces), pero ahora, con el lanzamiento de La Bella y la Bestia el año pasado, el enfoque parece haberse inclinado hacia películas más recientes, aquellas que los millenials vieron en su infancia. Es así que al lado de remakes de películas más antiguas como las futuras adaptaciones de Dumbo y nuevamente Mary Poppins, hemos visto como se aceleraron proyectos como Mulan, Aladino y especialmente El Rey León, seguramente la película más nostálgica de su infancia.
En este grupo de películas se encuentra la que en realidad quería hablarles el día de hoy (y que ya he demorado lo suficiente...): Christopher Robin de Marc Forster. Mis recuerdos más arraigados de mi infancia concernientes a Winnie Pooh se remontan a una lonchera que me regalo una vecina, en esta aparecían Winnie y Puerquito. La recuerdo perfectamente porque aun en el segundo grado, odiaba llevar esa lonchera a la escuela. Sospecho que mi mamá lo sabía, pues ya que no era raro que olvidase o incluso perdiese la lonchera que normalmente llevaba conmigo, en castigo debía sufrir la vergüenza de llevar a mis amigos del Bosque de los Cien Acres conmigo. Winnie era infantil, todos lo sabíamos, pero al mismo tiempo estoy seguro que seguíamos al tanto de sus aventuras, especialmente la serie de televisión que salía al aire en aquellos tiempos y el evento que fue la película de Tigger, por la que mi mamá debió pagar recargo en el videoclub. Viendo Christopher Robin y discutiendo la temática con algunos amigos incluso mayores, me doy cuenta de que todos vimos Winnie Pooh y que a todos nos llena de nostalgia el reconocer haberlo hecho. Si me preguntan al respecto de las aventuras de Pooh, no las recuerdo. No pasó del clásico episodio (¿o fue en alguna película?) en que Pooh se atora al querer salir de su madriguera.
Yo personalmente sentí mucha nostalgia al ver el trailer de esta película, y me agradó mucho el diseño de los personajes, los cuáles parecen juguetes de aquella época con sus horas de uso encima. Adicionalmente contamos con un papel protagónico de Ewan McGregor quien aceptémoslo, es uno de los actores más carismáticos que hay. Es fácil pensar como esta película podría no funcionar sin él. Habiendo dicho eso, déjenme decirles que disfrute de irla a ver, aun cuando me tocó verla el día de mi cumpleaños número 27, el cual me tocó disfrutar sin compañía ya que me encuentro lejos de las personas que quiero. Este hecho le dio un carisma adicional de nostalgia que el espectador promedio podría no encontrar, especialmente en la escena inaugural cuando Christopher Robin abandona el Bosque para irse a un internado. Los animales le han organizado una fiesta de despedida e Eeyore, el mejor "asset" de la película, lee una conmovedora carta en que desea que "...ojala hubiese durado un poco más". Así es Eeyore.. así es... :`(
Es así como realmente me doy cuenta que esta película más que para niños, esta dirigida a aquellos que crecimos con estos personajes, que a lo mejor tuvimos un peluche de felpa de Pooh, Tiger o Eeyore. Esto no significa que un niño no pueda disfrutarla, ya que su historia es bastante sencilla de seguir y en muchos aspectos, incluyendo su mensaje de "la familia es primero" me recuerdan a una película de Hallmark Channel (o como dirían los gringos Lifetime Channel). Una película familiar, bastante corta, con momentos que en lo personal me hicieron reír a carcajadas. Alguien me preguntó después de discutirla si "¿entonces no estuvo tan buena?". Déjenme decirles que es una fucking película de Winnie Pooh, así obviamente no va a competir con El Padrino o Pulp Fiction, pero es una película muy entretenida siempre y cuando estés consciente de que es lo que iras a ver al cine. En cuánto a películas de Winnie Pooh es un éxito y también como parte de esta nueva ola de revivals live action, ya que en vez de calcar una historia como se hizo con la Bella y la Bestia, se aventuraron por contar una historia nueva y mucho más llamativa que lo que puedo juzgar a partir del trailer de Goodbye Christopher Robin, la película con temática parecida que salió el año pasado y la cual protagoniza Domnhall Gleeson como A.A. Milne, autor de Winnie the Pooh y primera entrada de la Enciclopedia Encarta 98 (para darle un toque final de nostalgia a este post).
Consideraciones finales
El "villano" si así se le puede llamar, es caricaturesco, la resolución también otro tanto, pero vuelvo a lo mismo de la ligereza del material. Es más, hay toda una subtrama "para adultos" referente a un insistente vecino que más que divertida me parece incómoda e innecesaria. Como dije, los efectos son bastantes competentes y logran su cometido y como dato curioso que desconocía, Búho y Conejo siempre se supone que eran animales del bosque y no peluches como sus compañeros. En inglés incluyeron la voz original de Pooh y Tigger; en el doblaje al español, sino son los originales, logran un buen efecto imitandolas a excepción de Puerquito quien sí suena extraño. Marc Forster me parece una buena opción, ya que a pesar que su carrera sea una sola mezcolanza (Guerra Mundial Z y Quantum of Solace), estoy seguro que la elección de Disney se basó en otra adaptación de hace muchos años (y que no tiene relación alguna al imperio de la rata) Finding Neverland. Muy recomendada para todos a quienes les agrade.
Y sí, en algún universo paralelo en el que el comunismo se impuso sobre el capitalismo, este el Winnie the Pooh que todos conocemos
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