A P O C A L Y P T I C A


De una forma u otra, la banda finlandesa (finesa y finlandesa, ambos son correctos) Apocalyptica siempre ha estado cerca mío. Recordando los momentos en que mi hermano y por proxy, yo, encontramos el metal, momento representado por las constantes reproducciones de Of Wolf and Man de S&M. Acabando de descubrir tan amplio universo, recuerdo que Metallica fue uno de los bastiones ese nuevo fanatismo y eventualmente llegaríamos a Plays Metallica by Four Cellos, álbum debut de la banda, precediendo el mismo concierto de Metallica y la Sinfónica de San Francisco por tres años. Luego al terminar la secundaria me fui a vivir un año a Finlandia, al pueblo de Savonlinna en el Este del país nórdico. Con tan solo 30,000 habitantes, Savonlinna no era precisamente un "staple" en la cartelera de conciertos. Pasé esos 10 meses en Europa revisando la programación de bandas que incluyeron a Placebo, Muse, y Depeche Mode, todos en Helsinki, la capital que estaba a cuatro horas y un mes de pocket money de distancia. Justo antes de que terminase mi estancia por aquellos lares, Apocalyptica programó un concierto en Savonlinna y pensé que podría asistir, sin embargo, debido a complicaciones migratorias, debí partir antes. Dejé Europa sin haber asistido a concierto alguno más allá de dos que tres bandas de bar.

Luego llegó el año 2017, y tras una serie de prometedores conciertos que parecían hacer de Tegucigalpa una parada obligatoria en las giras de bandas, aceptémoslo, de tercer nivel. Es muy probable que la primera banda de "segundo" nivel destinada a tocar en Honduras fuesen estos tipos de Apocalyptica. Los ánimos estaban subidos y había gran expectativa no solo por este concierto, sino también por los que se veían sobre el horizonte. Desafortunadamente no iba a ser, ya que por supuestos motivos logísticos en los que la banda no logró conseguir vuelos para llegar tanto ellos como su equipo, se decidió "posponer" el evento. Curiosamente el comunicado de la banda estipula, como es normal en estos casos, una opción de devolución del dinero a quienes ya tenían su ticket, sin embargo la productora encargada de este y los afamados y soñadores conciertos previos, hasta donde he podido averiguar, con la excusa de que el boleto seguiría siendo válido para la reprogramación, termino por hacerse los de a peso y hacer que los fans absorbieran parte de su mala inversión. Yendo para 3 años después y ni señal de la reprogramación de tal concierto, por lo que ya es más que obvio que no sucederá. Y así pues, Apocalyptica terminó siendo el Altamont de aquellos soñadores metaleros, y no tan metaleros como yo, quienes únicamente apoyábamos no precisamente por ser fans de Primal Fear y Therion, sino porque sencillamente estos eran los mejores espectáculos de los que podía presumir el país.


Este cover de Faith No More siempre fue mi favorito, incluso por sobre los covers de Metallica. También vale la pena chequear el cover de Refuse/Resist.

Y pues únicamente traigo esto a la mesa a manera de argumentar el porque escogí a Cell-0 (lease Cell-zero) como el segundo álbum a reseñar para enero de 2020 (con un viaje por delante, es probable que no llegue a la cuota de cuatro discos para este mes). Este es el noveno álbum de estudio de la banda, un paso fuera de mi zona de comfort de nuevos lanzamientos y una manera divertida de ponerme al día con lo que me he perdido de no haber visto a la banda en 2010 y 2017. Para haber comenzado como una banda curiosidad (novelty act es el término en inglés), un acto viral cuando ese concepto aún no existía, Apocalyptica ha logrado durar unos sorprendentes 25 años y contando (ya serán elegibles para entrar al Salón de la Fama del Rock and Roll al año siguiente) y ha pasado a través de una interesante evolución, de banda de covers a introducir poco a poco temas de su propia autoría, a incorporar cantantes invitados, a tener un vocalista semi-permanente a finalmente llegar al presente trabajo que bien puede considerarse como un el volver a su mejor momento como músicos, no sin haber probado distintos caminos.

Cell-0 es un regreso al Apocalyptica medio, el del cuarto disco Reflections de 2003, con puras canciones originales e instrumentales, aunque no sin las marcas de camino desde los días de Metallica pasando por los más experimentales momentos de Reflections y su aventura "pop" con Frankie Perez de vocalista para su anterior disco y gira Shadowmaker de 2015. Algo interesante es que la alineación de Apocalyptica ha cambiado a través de los años, no solo en integrantes, con Eicca Toppinen y Paavo Lötjönen como únicos miembros originales, sino también que precisamente alrededor de Reflections, la banda cambió un instrumento de cuerda por una batería, un elemento que ha ayudado a expandir el sonido de la banda.


Hablando de Cell-0 por sí solo, y haciéndoles saber que nunca había escuchado tanto Apocalyptica como esta semana, me parece un disco bastante entretenido y quizá una buena puerta para entrarle al metal, si es que acaso han permanecido alejados de este género. En un momento, cerca de la mitad de Ashes of the Modern World, tema que da inicio al álbum, la canción se rompe en un segmento que es muy parecido a la mítica canción de Raining Blood de Slayer, pero que bien podrías hacer pasar como música clásica frente a tu abuelita. Rise casi te hará pensar que estás escuchando un tema perdido de Metallica que la banda olvidó interpretar en sus primeros tres álbums, y Fire & Ice quizá no por casualidad hace recordar al score de Juego de Tronos. El álbum en general es bastante intenso, y aunque las canciones rondan los 5 minutos, ni sentirás cuando ya has llegado al final. El tema que le da nombre al álbum es quizá la más épica de las canciones, pero sí he de decirlo, ni siquiera Cell-0 llega a superar en "epicidad" a un tema como Venice Bitch y mucho menos a lo hecho por Metallica en su pico creativo. 

Creo que no soy el único a quién es inusual encontrarse con un disco de metal instrumental, son realmente pocas las bandas que optan por esta vía que en muchos aspectos tiene más similitud con la música clásica. Como tal, Cell-0 puede ser tomado como novedoso y entretenido, pero también puede llegar a ser aburrido para aquellos que necesiten de una voz aun y cuan inteligible ésta pueda ser. En fin, Cell-0 es un buen álbum para aquellos que descubrieron a la banda tocando covers de Metallica y que sienten curiosidad por qué tienen que proponer estos finlandeses además de covers. Es quizá un buen momento para retomarle el hilo a la banda, posiblemente habiendo evadido el sonido genérico de Shadowmaker para llegar al más placentero sonido de este nuevo disco. Si nunca han dejado de seguir a la banda, también estoy seguro que este será un trabajo bienvenido. 3.5/5

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