El hombre invisible: lo que no ves no puede hacerte daño

Elisabeth Moss sosteniendo una pistola que ha sido bañada por el líquido de invisibilidad.

El imaginario moderno de los monstruos fue moldeado en gran parte por el cine desde sus inicios y como categoría propia los llamados "Monstruos de Universal", el estudio que nos trajo las versiones clásicas del Frankenstein de Boris Karloff y el Drácula de Bela Lugosi, entre otros personajes como El Fantasma de la Ópera, El Hombre Lobo, La Momia, la Creatura del Pantano y el personaje del que hablaremos hoy, El hombre invisible. Resulta que a través de los años y las numerosas recreaciones que cada uno recibe cada cierto tiempo, estos individuos tendían a habitar dentro de su propio universo. Una trilogía de películas  cómicas a cargo de Abbott y Costello es el único antecedente de un "universo compartido" de monstruos antes de la salida de Van Helsing en 2004, una película que creo que recuerdo con mayor afecto que el que merece. Sin embargo, tomó el éxito del Universo Cinemático de Marvel para hacer creer a los productores de Universal que podían aplicar con éxito este formato a su galería de seres paranormales. 


Pocos la recuerdan, pero la película que abriría este nuevo universo fue Dracula Untold de 2014, película que contaba la vida del Conde Drácula antes de convertirse en vampiro. Lo siento si me equivoco, pues nunca vi la película, y parece que su adición a un futuro universo fue casi una añadidura que hizo posteriormente a través de reshoots. Yo realmente pensaba que la película había sido un fracaso en la taquilla, pero sus números no son tan malos habiendo recaudado 215 millones de dólares sobre un presupuesto de 70 millones. De cualquier forma, fue en 2017 cuando se hizo el gran revuelo sobre el ahora llamado "Dark Universe", con el estudio presentado un slate de películas que incluían a Javier Bardem como Frankenstein, Johnny Depp como El hombre invisible y Russell Crowe como Dr. Jekyll, el único que llegaría a la pantalla como una especie de Nick Fury en la única película propiamente hecha para este nuevo universo cinematográfico, La momia de 2017. La película confiaba en que el público quería más propiedades como el MCU y que el "star power" de Tom Cruise sería suficiente para poner como piedra fundacional el reboot de una franquicia que a decir verdad le había ido bastante bien la década anterior. La jugada les salió mal y a pesar de que a le película no le fue tan mal afuera de EEUU, ahí solamente acumuló 80 millones, números muy lejanos a lo deseado para lanzar un proyecto de esta magnitud. Las alarmas sonaron, los "arquitectos del Dark Universe" abandonaron el estudio y se canceló la siguiente película en fila, La novia de Frankenstein, calendarizada para 2019 y con Angelina Jolie y Gal Gadot sugeridas en el papel titular.


Así que Universal quizá pecó de timorato, ya que el "overseas performance" de La momia básicamente les permitía intentarlo una vez más, pero quizá fue para lo mejor, pues ¿quién en realidad estaba pidiendo un universo de monstruos (pídanlo o no, un universo de Hanna Barbera está en camino con esa nueva película animada de Scooby Doo)? Lo cierto es que les tomó mucho menos tiempo que DC darse cuenta que quizá es era una mejor idea mantener las historias separadas, sin intentar forzar un universo por la garganta de los espectadores tratando de alcanzar a Marvel. The Invisible Man de Leigh Whannell parece también indicar que disolver el universo fue la decisión correcta, aunque estamos lejos de estar a salvo ya que suena descabellado que Universal intente usar el éxito que está teniendo esta película como nueva plataforma.

Dejando atrás a Johnny Depp y la infame publicidad y decaimiento que ha sufrido en estos últimos años, Universal lanza esta película con un pequeño presupuesto de tan solo 7 millones de dólares y a cargo de un director que es poco más que una promesa. Whannell comenzó como escritor junto a James Wan de las películas Saw, Dead Silence e Insidious quedando en la silla de director para la tercera entrega de esta última. Sin embargo, su verdadero 'breaktrhough' fue a través (see what I did there?) de Upgrade de 2018, una pequeña en presupuesto película de ciencia ficción en la que un humano androidizado busca venganza por el asesinato de su esposa. Una trama que en papel puede sonar bastante genérica, pero que encuentra nuevos giros bajo la dirección de Whannel y la encarnación de Tom Hardy por parte de Logan Marshall-Green en el protagónico. Esta misma frescura a temas ya tocados es la que Whannell, quien también escribe, trae a la mesa en El Hombre Invisible.


El origen de El hombre invisible data de 1897, la vuelta de siglo llamada la Era Victoriana y proviene, al menos en su concepción moderna del imaginario de Herbert George Wells, considerado como uno de los padres de lo que hoy llamamos 'ciencia ficción'. En algún momento de mi adolescencia, pasé por una etapa H. G. Wells y devoré sus libros más conocidos: La guerra de los mundos, La máquina del tiempo, La isla del Dr. Moreau, y este, quizá mi menos favorito y el que más tiempo me llevó leer. Como suele suceder con sus ya clásicos relatos, la idea de El hombre invisible es bastante ingeniosa, además que sus historias son contadas con naturalidad y ancladas en una pseudo-ciencia que imagino era bastante creíble en su tiempo. La historia original concierne a un científico quien no logra revertir el proceso que le otorgó invisibilidad y que comenzando a perder la cabeza, comienza a cometer crímenes.

Donde la historia original nunca hubiese pasado una prueba de Blechdel, este nuevo guión le da la vuelta, enfocándose en Cecilia Kass, la novia de Adrian Griffin, un genio de la óptica. Cecilia parece vivir aterrorizada bajo el maltrato y abuso de su pareja y la historia arranca con su intento de huida. Me gustaría decirles lo menos posible sobre esta película, pero en gran parte creo que el trailer hace un mal trabajo en revelar demasiado. Si lo que has leído hasta ahora te hace interesarte en la película, te sugiero irla a ver y luego regresar, pues puede que encuentres 'spoilers' menores.


La esencia de la película, es que Adrian muere poco después del escape de Cecilia y esta cree que más bien, su ex-pareja ha encontrado una forma de volverse invisible y atormentarla. Lo que podría haber fungido como una interesante película psicológica a lo The Machinist, donde no sabemos si Cecilia está loca o no es gran parte arruinado por el trailer (aunque yo hice el ejercicio de imaginar formas en las que todo en realidad podía ser parte de la imaginación, psicosis y quizá algo de esquizofrenia por parte de la protagonista), quizá en aras de poder vender la película como especie de película de terror. Sin embargo, el género más claro es el thriller, el suspenso, claro está, reteniendo códigos tanto de lo psicológico como de lo terrorífico. La idea de que el abuso al que ha sido expuesta alguien como Cecilia la haga sentir miedo de algo que solo ella presiente y ve y que nadie más le crea, tiene todo un trasfondo alrededor de la violencia doméstica. Pero la carne de esta película está en el suspenso, los movimientos de cámara y especialmente el sonido y la banda sonora a cargo de Benjamin Wallfisch, así como la siempre excelente Elisabeth Moss.

Cerca del acto final de la película, perdí un poco la inmersión, al punto de que pude resolver con anticipación parte del giro final; ya saben, un personaje extra por acá, un actor demasiado reconocido para ser mandado a las orillas del guión, cosas en las que una buena película no te debe de dejar tiempo de meditar hasta que rueden los créditos. El último acto con una revelación un tanto nebulosa deja algo de dudas y en general el plan del antagonista tiene uno que otro 'plothole', así como una última escena que podría dejar a algunos descontentos, pero que deja camino para una posible (aunque a mi parecer innecesaria) secuela. Puntos extra también para la actualización de la 'poción mágica' del relato original a la nueva concepción de los poderes del personaje titular.

Así que si siguieron leyendo a pesar de la advertencia y aun no han visto la película, puedo decirles que es bastante recomendable. Así también debo advertir que si bien los temas del abuso no son abordados gráficamente, sí lo son sus horribles consecuencias, por lo que hay que tener cuidado particular para aquellas personas que han sido víctimas de estas despreciables acciones. También si les preocupa el tono general de la película en cuanto a términos del movimiento 'Me Too',  déjenme decirles que todo está muy bien manejado. Para terminar y atar a esto último les compartiré un interesante ensayo visual que analiza porque la última adaptación de Los ángeles de Charlie fracasó y destruyó el potencial de franquicia, en gran parte por un mal manejo de los temas alrededor del Me Too:

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